Mes de marzo. Reto Rita 3 del blog “A la cama… con un libro (y con David Gandy, si se deja).
Tocaba Kristan Higgins, una autora de la que ya he leído unas cuantas de sus novelas y que, en fin, me harta un poquito. Pero bueno, todo sea por el reto.
El n.º 3 de la Serie Blue-Heron me ha costado. Veréis, he terminado hace poco de leer “Emma”, de Jane Austen, la historia de una casamentera lianta que se mete a disponer en la vida de los demás. Y voy a ésta novela y me encuentro con una protagonista similar (salvando las distancias de época).
Por lo demás y dejando claro me gusta infinitamente más la Austen que la Higgins, parece que esta última se ha inspirado en la primera para crear a su protagonista. Collen O’Rourke, lo mismo que Emma, es el corazón de su pequeño reino, que aquí se llama Manningsport. Es un pueblecito de Nueva York, donde todos se conocen. Con viñedos. Esa ambientación me gusta pero se le saca poco partido. Regenta, con su hermano gemelo Connor una taberna con bastante éxito. Se dedica a crear parejas a diestro y siniestro, y si hace falta manipular para ello, pues vale, todo sea por conseguir el fin. Una muesca más en su pistola. Otra pareja feliz. En principio esto no debería parecerme mal si todo acaba bien pero no soporto a los que se creen que ellos saben lo que conviene a los demás mejor que esos “demás”.
Lucas Campbell es su primer amor y “le rompió el corazón” (como dice la contraportada del libro). Vuelve al pueblo a petición de su tío Joe, que se muere de cancer y quiere arreglar sus asuntos. De paso se dedica a reavivar las cenizas que quedaron de su gran pasión de juventud.
Y ella, al principio, muy en plan canción de Morat:
“Como te atreves a volver
a darle vida a lo que estaba muerto
la soledad me había tratado bien
y no eres quien para exigir derechos”
El caso, toda la novela es hacer fuego de las cenizas, aclarar los errores del pasado y poco más. Eso aderezado con la historia secundaria de Bryce, el primo de Lucas, y Paulie, su último proyecto estrella de casamentera. La secundaria me interesaba más que la principal, la verdad.
No me ha gustado la protagonista y no me ha gustado la novela. Se lee con bastante facilidad pero me rechinaban algunas de las gracias, como el modelo de pintura peludo, o la broma del “club de las menopausicas” a cuenta de lo buenorro que está Lucas. Eso, además de tanto llamar “Zorrón” a la segunda mujer de su padre. ¡Por favor! Mi sentido de la justicia se rebelaba cada vez que veía la palabrita de marras. ¡Que el que tenía la obligación se ser fiel a su madre era él! (narices) y que el drama del divorcio, siendo ellos ya mayores, me parecía poco drama.
Y además, de vez en cuando la autora decía que un personaje se reía y yo no veía de qué. En la situación que se describía no encajaba la carcajada. Me resultaba extraño. Y en algunos de los diálogos la tontería estaba forzada, como buscando en exceso la diversión del lector. Conmigo no funcionó.
De esta autora recuerdo que “Entre viñedos” me gustó y “Tirando el anzuelo” no me desagradó tampoco. En el blog tengo la reseña de “Hasta que llegaste” que tiene otra protagonista femenina que me carga (tanto que creo que me pasé un poco con los detalles y hay algo de spoiler de la novela).
Con esta novela termino por una buena temporada con esta autora.