«Menos es más» de Francine Jay.

menos es mas

Sinopsis encontrada en Amazon.

Alguna vez te has sentido agobiado por todas tus posesiones? Albergas el deseo secreto de que un huracán se lleve todo lo que se acumula en tu casa? Si es así, ¡ha llegado el momento de simplificar tu vida!

Menos es mas es una guía amena y sencilla para vivir de manera minimalista.

Francine Jay nos presenta el método STREAMLINE, diez sencillos pasos para deshacernos de todo lo innecesario, aplicados de manera especifica para cada habitación de tu hogar.

Listo para acabar con el desorden y la acumulación? No tienes mas que empezar a leer este libro para emprender el camino hacia una vida más sencilla, más ordenada y más serena.

OPINIÓN: 

“Como ordenar, organizar y simplificar tu casa y tu vida”

“El minimalismo es hacer espacio para lo que más importa”

Estas son las frasecillas que hicieron que me picase la curiosidad y que empezara el libro. Después de su lectura y de muchos ratitos de videos diferentes tengo que confesar que ando por la “senda del minimalismo”. Esto para una acumuladora como yo parecía traumático, pero francamente, ya toqué fondo. Hartita estoy de tantas cosas que no se usan en casa y que se comen mi tiempo de vida para mantenerlas ordenadas y limpias.

Ahora, como el ave fenix, he resurgido de mis cenizas. De pollo sepultado por trastos vuelo cual ligero cisne de bonito plumaje. He empezado a cuestionarme muchas de mis posesiones. Los libros todavía no han entrado en la ecuación (y no se si algún día entrarán) pero ropa, juguetes, zapatos y papeles varios ya han iniciado su camino: fuera de mi casa.

Un inciso: Hay que poner un poco de calma a tanta emoción. Me emocioné tirando zapatos rotos y desgastados y unas zapatillas con un “rotito” llevaban dentro unas plantillas de ortopedia de mi niña. Fueron a la basura y me habían costado una pasta. Si vamos a cambiar de hábitos hagámoslo con calma.

Me gusta la división que nos plantea la autora en Trasto, tesoro y traspaso. Puzzles de pocas piezas, libros infantiles y ropa han sido seleccionados para el Traspaso. ¿Son bonitos? Si. ¿En mi vida actual van a volver a tener utilidad? No. Mejor dárselos a quien pueda disfrutar de ellos.

Cuando leí el libro de Marie Kondo “La magia del orden” no quedé muy satisfecha porque el hecho de tener que desprenderme de tanto me generaba ansiedad. No era el momento. Ahora simplemente es que pienso que no hay sitio y es un duelo al estilo del oeste: o los trastos o yo.

Del libro me ha hecho mucha gracia la idea de que los trastos son “sociables” y que no les gusta estar solos. Dejas algo en una encimera, te acostumbras a verlo ahí y al cabo de un tiempo está acompañado. Puedo dar fe de que eso es totalmente cierto. En mi casa usamos la palabra “perdedero” para denominar a esos puntos negros donde se dejan cosas sin colocar y donde luego buscar algo te da una pereza infinita. Lo siento por ellos, pero estoy determinada a que desaparezcan totalmente. ¡Aniquilación!

Me ha sido de mucha utilidad el hacer el proceso que en su momento Marie Kondo propuso y que Francine Jay también defiende. No pensar en aquello de lo que me desprenderé sino en aquello con lo que me quedaré.

En este libro te plantea visualizar tus habitaciones ideales y cómo podrías hacer las que tienes lo más parecidas posible. Encimeras despejadas, cajones ordenados, una vajilla que te guste… no es tan difícil de conseguir. Lo que ha empezado como una necesidad ha pasado a ser hasta divertido.

Mientras rompo papeles, ordeno cajones y doblo calcetines me pongo el programa “Redes” de Punset y me entretengo escuchando entrevistas interesantísimas.

Este libro está muy bien para los que estén interesados en esta forma de vida. Cuando desaparece el “ruido” de todas las cosas que hay que hacer y de las agendas superocupadas se queda lo importante: que momentos quiero vivir y con quién. Tus amores vuelven a ocupar su sitio (pareja, hijos, hermanos y amigos a los que quieres pero no les dedicas el tiempo suficiente) y tus sueños vuelven a aparecer: tiempo para dibujar, para un café pausado en buena compañía, tiempo para bailar … ¿Que desaparece? Reuniones a las que no quieres ir pero que te daba apuro faltar, tiempo de compras que no te apetece hacer, actividades que crees que tendrías que hacer pero que no te hacen feliz… Esto último va por el gimnasio. Me borré. No me gusta. No me divierte. Siempre me ponía excusas. ¿Que me gusta y me aporta endorfinas y salud? Bailar y pasear charlando con una amiga. Y esa es la actividad física que haré a partir de ahora. Hasta que encuentre más cosas que me diviertan. Un mundo de posibilidades se abre ante mis ojos.

Una pequeña crítica a la autora. La idea de que si necesitas algo de forma puntual se la pidas al vecino. Hombre, no es plan. A no ser que previamente ese vecino se haya visto beneficiado por algunas de tus posesiones traspasadas y que le hayan sido de utilidad. Si no me suena a ser un aprovechado. Me viene a la mente alguien que me comentó que había vendido el coche porque no lo necesitaba para la vida que llevaba pero que yo veía que cada dos por tres se lo pedía prestado a un familiar. Eso si era vida simple y sin complicaciones: nada de seguro, nada de mantenimiento… y dudo hasta que pusiese la gasolina. Eso tiene un nombre: “caradura de los de toda la vida disfrazado de minimalista”.

Pero quitando eso, que me chirrió, el resto de lo que propone la Sra. Jay está estupendo.

Bueno… esto más parece una confesión que una opinión sobre el libro, pero es lo que me apetecía decir.

Os dejo algunas referencias de blogs interesantes sobre minimalismo:

Vale de oro

Mamá valiente

Sencillez plena

Si pudieseis aportar alguna dirección más sobre este tema a contenidos interesantes os lo agradecería. Estoy en una vena un poco mística últimamente y me interesa todo este mundo.

Hasta pronto. ¡Sed felices!